sábado, junio 7, 2025

Con la llegada de AMLO a la presidencia, ¿terminó la corrupción?

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La respuesta es no, al contrario, según un reporte de Transparencia Internacional, donde se detalla que en el año 2019, la corrupción incrementó exponencialmente, es decir, los dichos y discursos se quedaron en eso, simples discursos que no tomaron acción alguna, así es como López Obrador muestra su actuar en este rubro a 1 año de gobierno como Presidente de la República, sin un Plan Nacional de Desarrollo, ni de Seguridad, mucho menos estrategia para combatir o disminuirla.

México quedó en el lugar 130 de 181 países en materia de mayor corrupción, y dentro de los primeros 8 lugares de países con mayor corrupción en América Latina, además, en un comparativo del año anterior, 2018, no ha mejorado como se esperaba, o como las promesas del hoy Presidente de México. Es por ello que, este organismo ha dicho que, la lucha de la 4ª Transformación o 4T contra la corrupción ha sido  no solo  inefectiva, sino inexistente, peor aún Andrés Manuel López Obrador lleva un año de discursos polarizantes en el tema de la corrupción haciendo ver a México muy lejos de los 10 países menos corruptos del continente, los que son en el orden que  se señala: Canadá, Uruguay, Estados Unidos, Chile, Bahamas, Barbados, San Vicente, y las Granadinas, Costa Rica, Dominica y Saint Lucia.

La corrupción se percibe en los países como uno de los mayores problemas que tiene una sociedad, difícil si se quiere lograr una sociedad justa y además, es un fenómeno como ya se explicó, enraizado, que en América Latina desde hace 4 años los ha tenido estancados, lo que demuestra que sus estrategias “anti-corrupción” no funcionan. La falta de avances reales es decepcionante y por ende, trae efectos negativos para los ciudadanos de todo el mundo, esto lo dijo Patricia Moreira, Directora General de Amnistía Internacional. Y también citó:

“Para acabar con la corrupción y mejorar la calidad de vida de las personas, debemos atacar la relación entre la política y las finanzas”.

Algo muy lejano de la realidad para países como Venezuela que se encuentra en el otro extremo, y en medio, se encuentra México, entre los 10 países más corruptos ocupando el lugar 25 de los 35 países. Todo esto no hace más que ver la realidad de este gobierno de la 4T, incompetente, sin proyecto de nación, sin un plan nacional que sustente su forma de gobernar y sin interés por lo más importante: el ciudadano, acercándonos cada vez más a un régimen parecido al de Venezuela en el tema político y de Administración Pública Federal.

Aún tenemos a nuestro alcance la oportunidad de hacer contrapesos y dejar de apoyar a un régimen que por sus acciones acaricia más una dictadura que a la búsqueda de un gobierno democrático.

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