Este Fin de semana pasó lo que tenía que pasar, el Congreso aprueba en lo general y en lo particular toda una serie de cambios que con leyes secundarias para saltarse lo escrito en la Constitución y decretar la militarización del país, sin más.
Hagamos memoria, cuando iniciaba el movimiento de la cuarta transformación, Andrés Manuel López Obrador y sus seguidores más vehementes, decían que una vez que llegara AMLO al poder, regresaría a los soldados a los cuarteles porque los soldados están destinados a otros fines que no tienen nada que ver con el servicio civil para salvaguardar a la sociedad de problemas de asuntos penales o de asuntos civiles que tienen que ver con la organización interna de la sociedad mexicana; es decir, sostenían incansablemente que el Ejércitio Mexicano estaba para otras funciones.
Hoy día el presidente y muchos de esos colaboradores cercanos, han hecho un cambio de 180°, yéndose estrictamente para el lado de militarizar al país, negando incluso lo que en otro tiempo eran sus principios éticos y sobre todo jurídicamente sustentables, el de defender a una no militarización del país. Y no solamente AMLO lo niega, sino muchos de los que han estado con él mucho antes de ser presidente que pedían exactamente lo mismo ahora piden exactamente lo contrario, el país entre el sábado y hoy se nos fue de las manos a los mexicanos.
Con la aprobación del congreso, ya tenemos un país militarizado y el único recurso que nos queda es que la Suprema Corte de Justicia de la Nación eche esto para atrás; Magistrados de la SCJN ejerce con dignidad el mandato que te da el país para que seas el gestor y promotor de la justicia en México, la justicia es ciega, equilibrada, ponderada y razonable no podemos en México ver a una militarización. ¿Qué pasará el día de mañana ante hechos oprobiosos de apetitos por el poder, venga de quien venga? No esperemos a que en 2024 tengamos que hacer la pregunta al Ejército Mexicano: ¿Estás al servicio de la patria o de un usurpador de la república, al servicio de quién estás?
Hoy los mexicanos tendríamos que estar de luto, porque hemos pasado de un régimen civil a un régimen militar, igual que en el pasado, donde en aquellas épocas el presidente de México era un general. Hoy día tenemos un jefe nato de las fuerzas armadas, sí, mandatado por la constitución no lo dudo, pero finalmente un civil.
La Guardia Nacional que hoy obrará supuestamente a favor de la seguridad interna, tendrá un mando castrense al frente y someterá a todos los órdenes civiles a un mando militar. ¿Qué pasará el día de mañana? vamos a pensar en el caso que hubiera de el ejército un apetito por el poder que no es lejano y lo hemos visto repetirse históricamente en muchos países de américa latina; y sobre todo qué pasará cuando todos los mexicanos nos demos cuenta de lo sucedido este pasado fin de semana, cuando sepamos que ya no vivimos en un régimen civil, cuando los mexicanos se den cuenta que vivimos bajo la bota de un orden militar, promovido por un traidor qué se obstinó en vender una idea y después cambiarla a otra, traicionando a las expectativas de todos los mexicanos.
Muy pronto en lugar de acudir a los soldados de México con la confianza de saber que nos servirán, pudieran ser un instrumento intimidatorio en contra de la ciudadanía y entonces veremos a los cuerpos castrenses mexicanos, a los soldados vestidos de verde no como un aliado, no como una ayuda, no como un soporte, los veremos como la fuerza y la imposición de un gobierno militarizado que someterá bajo la bota del soldado a la libertad tuya y mía, a las libertades inalienables salvaguardadas por la constitución, hoy pisoteadas por un hombre que dice constantemente: “No me salgan con que la ley es la ley…”